Tener una primera versión de un producto digital siempre supone un logro. Para llegar ahí han participado equipos de Diseño, Tecnología y Activación. Hemos completado una fase inicial de inmersión e investigación y hemos tomado decisiones estratégicas de arquitectura, diseño, navegación, contenido, desarrollo… Pero, tras esta primera versión, ¿qué pasa cuando llega el siguiente paso? ¿Y si este producto tiene la necesidad de crecer? En el entorno digital sabemos que la única certeza con la que podemos contar es el cambio. Por eso, desde el primer momento debemos preparar nuestro producto para añadir nuevas funcionalidades o contenido, o iterar los que incluimos en esa deslumbrante primera versión.
Porque una cosa es saber que los productos digitales están en constante movimiento, y otra muy distinta es dejar tu producto preparado a nivel de diseño para que este pueda escalar en cualquier momento, sin que suponga rehacer el trabajo. Compartimos las claves –y secretos– de nuestro equipo de Diseño para escalar con eficiencia.
Entender al usuario y sus necesidades
La mejor manera de saber hasta dónde puede llegar un producto es preguntarle al usuario final. Y no solo preguntar, sino también entender cuáles son sus preocupaciones, sus inquietudes y sus aspiraciones. Con esta información de valor, lo más completa posible, podemos tener una visión certera de lo que puede llegar a ser el producto.
Tras analizar todo el contexto del proyecto, podremos darle un sentido y una estructura. En esta fase de poner en perspectiva la información, lograremos detectar y definir las diferentes necesidades que se convertirán en funcionalidades dentro del producto.
Es aquí donde entra en juego la visión de escalabilidad. Y toca establecer prioridades. En el MVP (Minimum Viable Product) incluiremos lo que hayamos detectado como más relevante, fundamental. Lo demás quedará pendiente para incluir en fases posteriores.
Este trabajo inicial nos permitirá ser conscientes, en todo momento durante el proyecto, de lo que puede venir. Y podremos tenerlo en cuenta en las siguientes fases de diseño para proponer un flujo, o un bloque, de una forma u otra. Trabajando con esta visión, las iteraciones futuras podrán apoyarse casi siempre en el trabajo previo.
La consistencia es la clave: el Design System
Otro aspecto clave para garantizar la escalabilidad de un producto digital es partir de una buena base de diseño que nos permita tomar decisiones y hacer movimientos ágiles para impulsar experiencias de marca con impacto. ¿Nuestro mejor aliado? Un buen Sistema de Diseño.
Un Sistema de Diseño, o Design System, es una librería que almacena absolutamente todo lo relacionado con el producto: los colores que se utilizan, los textos, tamaños, tipos de botón, bloques, elementos de navegación… El hecho de tenerlo todo en un mismo sitio no solo nos permite ser coherentes y consistentes en nuestras decisiones, sino también ser rápidos cuando hay cambios.
Afrontar la iteración de un producto sin que suponga un dolor de cabeza es posible teniendo un buen sistema diseño de base. Y es que todo el tiempo que hemos invertido en su construcción, nos lo devuelve con creces.
Diseñar para todos los dispositivos
Un último punto a tener cuenta es la escalabilidad aplicada a diferentes dispositivos. Resolver un diseño a nivel responsive –adaptable a diferentes pantallas– o en diferentes plataformas, si se trata de una aplicación, es la clave para mantener una coherencia completa y sostenible del producto.
Esta visión, además, nos ayuda a resolver el diseño teniendo en cuenta todas las variables y combinaciones posibles (de espacio, de tamaño…) según las dimensiones del dispositivo, asegurando que un mismo elemento se resuelva de una misma forma (o muy parecida) en las diferentes pantallas y plataformas en las que se pueda encontrar.
Tener esto en cuenta desde el inicio significa que cuando planteemos futuros cambios a nuestro producto será más fácil y rápido tomar y ejecutar las decisiones. Un mismo elemento se resolverá de la misma manera en todos los dispositivos posibles. Como por arte de magia, pero nada que ver.
Más eficiencia, más felicidad
Entender al usuario, crear y mimar nuestro Design System, resolver el diseño a nivel responsive. ¿Qué conseguimos si tenemos claros desde un principio estos tres puntos? Lograremos un producto perdurable en el tiempo y preparado para cualquier nueva necesidad, adaptado a las necesidades de los usuarios y para todos los dispositivos.
Un producto que, gracias a darle la importancia que merece a la escalabilidad, desde el minuto uno, se podrá iterar de una forma muy eficiente. Un producto que nos hará un poquito más felices, a los equipos que trabajamos con él y por supuesto, también, a los usuarios.