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Diciembre — 2024

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Cómo identificar si tu negocio necesita que inviertas en marca

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Más allá de los productos o servicios que ofreces, tu marca es lo que queda en la mente y el corazón de quienes interactúan contigo. Ese recuerdo, esa conexión emocional, no se consiguen con una acción puntual ni con campañas aisladas; es el resultado de un trabajo constante, estratégico y auténtico.

Las marcas, igual que las relaciones humanas, necesitan cuidado y atención. No siempre es evidente cuándo ha llegado el momento de detenerse, observar y dedicar recursos a trabajar en ellas. Sin embargo, hay algunas señales claras que indican que tu negocio necesita que inviertas en marca para mantenerla viva y relevante, y en este artículo exploramos cuáles son y cómo abordarlas.

Indicadores para invertir en marca

“La web no cuenta lo que somos”

Si sientes que tu hogar digital no refleja lo buena que es tu empresa realmente, o si el mensaje no conecta con claridad, estás perdiendo oportunidades valiosas de generar una buena primera impresión.

Además de un diseño atractivo y una buena experiencia de usuario, cómo cuenta la historia de tu marca es muy relevante. Una web efectiva comunica tus valores, tu propuesta de valor y lo que te diferencia de los demás. Si tu web no está logrando eso, es momento de repensarla en clave estratégica. No basta con actualizar el diseño. La narrativa detrás de la marca debe ser el eje central del rediseño.

“No tenemos un porqué claro”

Una marca sólida debería ser una guía, no un obstáculo. Si cada decisión sobre tu marca se convierte en un debate eterno, es probable que haya falta de claridad en su definición. Esto puede generar incertidumbre o desmotivación en tu equipo, frenar la toma de decisiones e incluso provocar conflictos sobre cómo comunicar la identidad de la empresa.

Cuando la marca está bien trabajada, actúa como una brújula. Inspira a quienes trabajan con ella, les permite avanzar con confianza y simplifica procesos como el desarrollo de campañas o la creación de nuevos productos. Sin esta claridad, cada paso se convierte en un desafío innecesario. Por eso, revisar y redefinir tu marca es una inversión en agilidad y cohesión interna.

“Con lo que estamos haciendo, el crecimiento ha tocado techo”

Cuando una empresa crece, se expande o diversifica su oferta, la marca debe evolucionar con ese proceso. Estos momentos de cambio son oportunidades perfectas para revisar si la marca –o la arquitectura de marca– sigue alineada con la nueva dirección y si está rindiendo como un activo estratégico.

Por ejemplo, si estás lanzando una nueva línea de productos o expandiéndote a nuevos mercados, es posible que necesites ajustar la narrativa de tu marca para reflejar estas novedades. Mantener la marca alineada con la estrategia empresarial refuerza la coherencia y asegura que siga siendo relevante para todos los públicos a los que te diriges.

“Nuestros clientes de siempre han dejado de llamar”

El tiempo pasa, las audiencias cambian y el contexto evoluciona. Lo que funcionaba hace unos años puede haber perdido relevancia o impacto. Si notas que tus mensajes, tus campañas, tus acciones ya no generan la misma conexión, es momento de preguntarte si tu marca sigue resonando con las personas a las que te diriges.

Las marcas pueden –deben– evolucionar porque están vivas, deben adaptarse para seguir siendo significativas en la vida de las personas, para perdurar. No se trata de renunciar a tu esencia, sino de reinterpretarla para conectar y ser relevante para tu audiencia. El reto está en mantener la autenticidad mientras evolucionas, algo que se consigue a través de una reflexión estratégica, imprescindible para no dejarte llevar por la operativa o el FOMO.

“La marca no tiene voz propia, varía según quién habla o escribe”

¿Tu marca proyecta mensajes distintos en cada canal o según quién los transmita? Quizás tu Instagram tiene un tono natural y fresco mientras que tu web es formal y plana o el servicio al cliente no comunica la voz de la marca. Este tipo de desconexión confunde a quienes interactúan contigo y puede poner en peligro la confianza de tus clientes o colaboradores.

Una marca coherente, en cambio, habla con una sola voz. Trabajar esa voz única no significa comunicarse con rigidez o resultar monótonos. Es adaptar el mensaje y el tono según el canal, manteniendo siempre la identidad clara y reconocible de la marca. La coherencia es la base de una percepción sólida, profesional, de confianza. Cualquier desconexión es una oportunidad para revisar y ajustar.

“No encontramos el talento que necesitamos”

Tu marca no solo habla a tus clientes, también envía mensajes a quienes podrían formar parte de tu equipo. Una marca cuidada inspira a quienes ya están dentro de la organización y atrae talento alineado con tus valores y tu visión.

Si tienes dificultades para captar talento o sientes que las personas interesadas no entienden quién eres como empresa, es momento de revisar cómo está comunicando tu marca. Una identidad de marca bien trabajada actúa como un imán para las personas que comparten tus valores.

“Nos gustaría prepararnos para vender”

Si estás preparando tu empresa para un exit, trabajar tu marca es parte fundamental de la estrategia. Una marca sólida incrementa el brand equity o valor percibido de la compañía. Si cuentas con un excelente producto digital, la marca será el activo que multiplicará tus posibilidades de destacar en mercados saturados. Un activo diferenciador, esencial para generar preferencia en el mercado. También el de la inversión.

Una marca bien construida también refuerza la conexión emocional con clientes y empleados, lo que asegura audiencias leales y comprometidas. Esta solidez en la percepción externa e interna facilitará las negociaciones, reduciendo posibles dudas sobre el valor de la empresa.

Un camino hacia la conexión

¿Te has sentido reflejado en alguno de estos indicadores? Trabajar en tu marca no es solo un ejercicio práctico; es una invitación a redescubrir quién eres —quiénes sois— como empresa. Las marcas son entidades vivas, evolucionan con el tiempo y se adaptan a los cambios de su entorno. Este proceso requiere reflexión, escucha activa y la valentía de ajustar lo que sea necesario, sin renunciar a tu propósito. Pero también genera un impacto duradero tanto dentro como fuera de tu organización.

El primer paso para revitalizar una marca es detenerse y reflexionar, hacer un ejercicio de autoconocimiento. Pregúntate: ¿por qué hacemos lo que hacemos? ¿Qué es lo que nos hace únicos? ¿Qué mensaje está transmitiendo la marca hoy? ¿Es consistente, auténtico y relevante? Una vez que tengas claras las respuestas, podrás empezar a construir tu marca de forma estratégica.

Las marcas auténticas y sostenibles no se hacen de un día para otro. Cada acción, cada revisión, cada ajuste es una nueva oportunidad para conectar con tus clientes y tu equipo. Una oportunidad para construir relaciones significativas. Una oportunidad para perdurar.

En Soluble nada ocurre por una única persona
Fèlix Hernández

Fèlix Hernández

Diseño visual
Carmen Fraga

Carmen Fraga

Redacción
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