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Las pasiones del equipo Soluble

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Cómo disfrutamos de nuestro tiempo libre, aquello a lo que nos dedicamos al salir de trabajar, cada fin de semana o durante las vacaciones, muestra al mundo una parte importante de quienes somos. Y es que no se trata solo de pasar el rato, sabemos que las aficiones tienen efectos muy positivos en la salud mental, reducen el estrés, nos empujan a crecer, a relacionarnos e incluso nos dan un propósito. Motivos suficientes para buscar la que mejor se adapta a nuestras preferencias y ponernos a ello. Pero lo que no sabíamos es que para gran parte del equipo Soluble, las aficiones son, en realidad, auténticas pasiones.

Algunas de sus actividades favoritas son muy comunes -tanto como extraordinarias-, como leer, salir a correr o practicar pádel. Pero también nos encontramos con sorpresas como la doma clásica de María (baile, caballos, naturaleza, ¿quién da más?), las telas aéreas de Celia, el ‘chip carving’ de Ismael (sigue leyendo para descubrir esta maravilla), o la de Núria, diseñadora de producto digital y enamorada de la fotografía analógica. Y también está Anna: “mi hobby es probar hobbies”.

La actividad varía, pero la intensidad con la que la disfrutan es la misma y se percibe en cada una de sus palabras. Hobbies que les conectan con el mundo cuando apagan el ordenador. O todo lo contrario. Actividades para desconectar del ritmo acelerado al que nos hemos acostumbrado, disfrutando con expectación del proceso de hacer fotos, acabar el carrete y esperar al revelado para descubrir si ha merecido la pena. Otros son felices desde el momento en que suben a la bici, o al coche para ir al mar a bucear. Y muchos alcanzan un estado de paz mental, de calma para un cerebro sobreestimulado, encontrando en su afición una auténtica válvula de escape. Pasiones que, además, les inspiran en su trabajo y les llenan de energía. El ingrediente secreto, hasta ahora, de nuestra receta para una vida plena.

Hoy el equipo Soluble comparte con el mundo esa parte de su esencia, sus pasiones para Poder Ser. ¿Te animas a descubrirlas?

Celia Santos, Motion grapher. Telas aéreas y cerámica, inspiración en movimiento

“Si tuviese todo el tiempo del mundo, me dedicaría a mis múltiples aficiones, que para mí son mucho más que hobbies. En ellos encuentro una fuente de inspiración, me dan la confianza para enfrentar desafíos en mi vida personal y profesional. Son lo que más me llena cuando cierro el ordenador y me conecto con el mundo. Pero como no me da la vida, en los últimos años me he centrado en dos: las telas aéreas y la cerámica. Las telas aéreas conectan cuerpo y mente. Cuando estás suspendido en el aire pierdes la noción de arriba y abajo, te mueves de una manera que cuando estás con los pies en la tierra ni te imaginas. Así, poco a poco, esta disciplina te ayuda a tener un control total sobre tus capacidades corporales. Se trabaja fuerza, flexibilidad y equilibro por igual, un poquito como en yoga ¡pero en el aire! Por otro lado, está la cerámica con torno que me conecta con la niña creativa que llevo dentro. Cuando ves a alguien que sabe parece muy sencillo, pero controlar la arcilla requiere de mucha paciencia y perseverancia. Eso sí, cuando encuentras el punto es un catalizador de creatividad único. Lo de crear o diseñar objetos me viene de formación profesional: soy ingeniera en diseño industrial y desarrollo del producto aunque no he trabajado de ello, así que esto me lo tomo muy a pecho. En cada pieza que moldeo trato de encontrar el equilibrio perfecto entre forma y función. Cada pieza es un nuevo reto y ver el resultado final después de un proceso tan largo es muy satisfactorio. Tanto en las telas cuando hago caídas en las que giro sobre mí misma, como en el torno, hay una referencia directa al motion que hago profesionalmente en Soluble. Todo en constante movimiento”. 

Cristian R. Marín, Brand Manager. Pádel y literatura, competición y existencialismo

“Tengo dos grandes hobbies: el pádel y la literatura. Siempre he practicado todo tipo de deportes de raqueta y el combo entrenamiento-competición aporta muchísimo a mi vida, en términos de rutina, mejora iterativa y, por supuesto, salud. Además de eso, leo mucho. En especial, filosofía, con un interés claro por el existencialismo: Heidegger, Kierkegaard, Sartre... La búsqueda permanente de respuestas a las grandes preguntas de la humanidad me ayuda a entender las inquietudes que pueden tener las personas con las que trabajo en el día a día. Y, por tanto, poner mi granito para que puedan ser”.

Daniel Senior, equipo de Diseño. Serigrafía como homenaje

“Mi hobbie es la serigrafía. Me aporta hacer algo alejado del ordenador por un día completo. Hace años que tenía en mente hacer camisetas con diseños de grupos latinos. Con la idea de revivir artistas que fueron parte de mi adolescencia y de la de muchos latinos. Pretendo hacer un homenaje y crear prendas para lucir con orgullo. Está muy relacionado con mi trabajo porque debo diseñar primero en el ordenador y después imprimir. El proyecto se llama Bandida, lo hago con una amiga y un amigo. La primera fue de Proyecto Uno, dándole sentido al nombre también, y hace unas semanas hice una de Don Omar y de Patricia Teherán, una de las pocas mujeres que cantan Vallenato”.

María Losada, equipo de Diseño. Doma clásica, trabajando en armonía

“Mis hobbies me ayudan a desconectar del ritmo acelerado al que nos hemos acostumbrado en el día a día y conectar con mi yo interior, por así decirlo. Siempre he tenido diversos hobbies o maneras de vivir, me viene bien estar muy activa y me ayuda a conseguir una vida plena y feliz. No paro y me gusta probar pero siempre han sido hobbies que giran alrededor de la música o la danza (mi manera de expresar el amor hacia la música), el deporte y los animales. Últimamente estoy a tope con la doma clásica, que engloba todo lo anterior. No es más que bailar con tu caballo, a unos tempos determinados. Requiere mucha técnica y disciplina para conseguir una figura artística, además al estar trabajando con un animal hay que transmitirle mucha seguridad y paz, darle confianza. Todo esto dentro de un entorno natural, en plena sierra de Madrid, así que la desconexión está garantizada. En cierta manera, la doma clásica también tiene relación con mi trabajo, formamos un equipo para conseguir un fin y es importante transmitir apoyo y confianza, como intento hacer con mis compañeras. Además, también pretendemos conseguir un producto armónico, estético y útil gracias a una dedicación diaria con esfuerzo”.

Marta Factor, lead de Activación. Escribir y leer, las letras infinitas

“Desde que era muy pequeña leía, al principio a través de los cuentos que me leían mi madre y mi hermana. Mis lecturas han ido evolucionando conmigo, ahora lo que más me interesa es la autoficción con el objetivo de representar la realidad en la que vivimos y preguntarnos sobre ella. También los ensayos sobre el proceso de la escritura, sobre filosofía y sobre arte. Leer me da la oportunidad de hacerme muchas preguntas e ir encontrando espacios nuevos desde los que explorar. Soy una persona muy curiosa mentalmente, que no físicamente, y me permite, conectarme con otros mundos sin moverme del sitio. Cuando dando vueltas a una estrategia o campaña de Activación, me viene fenomenal leer porque me ayuda a inspirarme y a coger elementos de otras realidades y otros mundos y colocarlos en la situación de la marca con la que estoy trabajando. Puedo estar leyendo sobre un samurai y que esa lectura me aporte inspiración para trabajar la marca de una empresa que se dedica a la gestión de datos. Además de leer, me apasiona escribir. Empecé ya con 6 o 7 años y desde entonces siempre me ha acompañado. Es una válvula de escape y una herramienta para poner en orden todas las ideas que están en ebullición en mi cabeza y, como decimos en el trabajo de estrategia, encapsularlas en palabras y darles un sentido para mí. Escribir es hacer que todo lo que está en mi cabeza se convierta en algo accionable, útil, accesible y, sobre todo, que pueda compartir con el mundo”.

Núria Monmany, equipo de Diseño. Piano y fotografía, desconexión digital

“De pequeña toqué el piano unos cuatro años. Llegó la adolescencia y lo dejé. En mi cabeza pensaba que tenía mejores cosas a las que dedicar mi tiempo... Hace un par de años pensé en retomarlo, echaba de menos tener una relación más estrecha con la música. Ahora voy a clases todas las semanas. Me ha venido muy bien, necesitaba alguna actividad fuera de mi trabajo como diseñadora de producto que no tuviera nada que ver con lo digital, algo analógico. Mi nivel todavía no es muy bueno pero ya voy tocando cosas sencillas y tengo una lista de canciones especiales para mí que estoy deseando aprender, como por ejemplo “Baby can I hold you”, de Tracy Chapman. Mi otro hobby es la fotografía analógica. Cuando empecé el bachiller artístico tenía una asignatura de fotografía. Siempre me había interesado pero no me había lanzado a hacer fotos hasta ese momento. Un día hablando con mi madre le conté que me estaba gustando mucho la asignatura y que quería probar con la fotografía analógica. Se puso muy contenta y rescató del fondo de un armario su cámara analógica. La había comprado a finales de los 80 y viajó con ella por medio mundo. Ahora yo le doy una nueva vida con mis fotos. La he tenido que ir reparando, lo que me sale más caro que comprar una nueva, pero tiene mucho valor. Me encanta todo el proceso de la fotografía, el momento en el que la tomas y no sabes cómo va a salir, si tendrá suficiente luz… Hoy estamos tan acostumbrados a la inmediatez que esperar a terminar el carrete entero para después llevarlo a la tienda, que lo revelen y recibir las fotos por email un par de días después es todo un proceso que requiere de paciencia, me mantiene a la expectativa y me encanta esa sensación. La mayoría las guardo en digital, porque ocupan menos espacio y, sobre todo, es más ecológico, pero voy imprimiendo las más especiales”.

Estela Pedrero, Brand Manager. Pintar, en todos los formatos

“Empecé a pintar a los siete años: carboncillo, pastel, óleo, acrílico… Me gusta, me relaja, me lo paso muy bien. Con los años, al irme a vivir a Madrid dejé un poco de lado sobretodo la pintura de grandes dimensiones (no cabe un caballete en una habitación de colegio mayor). Estoy planteándome retomarlo, sirva esta reflexión como empujón. Todo esto lo sustituí por dibujo digital: ahora dibujo en iPad, pero también a mano en cuadernos de viaje, servilletas, márgenes de libretas. Con el dibujo digital tengo fases, a veces dibujo mucho, otras lo dejo. A veces he hecho cuadros o tazas por encargo. En digital empecé haciendo retratos y la gente se veía identificada y me pedía un dibujo. La idea es que con los trazos mínimos te identifiques… mis retratos no tienen ojos”.

Ismael Barros, CEO y cofundador. Trabajar la madera, ganar paz mental

“Mi relación con los hobbies es muy particular. Siempre me ha gustado hacer de todo y tratar de hacerlo lo mejor posible. Tengo la suerte de ser muy curioso y tener muchas inquietudes desde niño: he estudiado música, he dibujado, he jugado al baloncesto, al balonmano, he nadado, he salido mucho en bici… Pero lo que siempre me gustó por encima de todo fue diseñar. Fue mi hobby durante muchos años y, poco a poco, se fue convirtiendo en profesión. Aunque por un lado eso es maravilloso, por otro lado te quedas sin hobby de la noche a la mañana, dedicando todo tu tiempo a lo que te gusta hacer y eso implica dedicarle todo tu tiempo a trabajar. Tras años intentando colocar las piezas, aunque nunca he dejado el deporte o el autocuidado a nivel mental (formarme en psicología podríamos considerarlo otro entretenimiento), recientemente he vuelto a darle a los hobbies la importancia que tienen para sentirme atendido y, en mi caso, no tener la sensación de que solo trabajo. Estuve buscando qué hacer. Empecé con cerámica y luego descubrí la madera. Hago desde cosas más finas, como el ‘chip carving’, hasta trabajos de carpintería o talla de objetos útiles (cucharas, cuencos…). El ‘chip carving’ es un tipo de talla de madera donde se dibujan patrones geométricos a cuchillo. Trabajar con materiales nobles, con las manos, sin pantallas, dibujando geometrías y creando piezas que son puro ornamento, me da una paz mental que aún estoy descubriendo. Me aísla a la vez que me conecta con cosas básicas e importantes para mí. Me oxigena la cabeza para volver al mundo real con más energía y foco”. 

Jonathan Martínez, equipo Tech. Gimnasio y running para empezar bien el día

“Empecé hace unos seis años. Antes era una persona bastante sedentaria, pero en un chequeo médico me vieron que tenia grasa en el hígado y con mi edad no era muy normal.. Así que me puse en manos de un nutricionista y empecé a hacer deporte. Carreras de obstáculos, tipo Spartan Race con barro y agua, running y a ir al gimnasio. Con la pandemia lo dejé un poco de lado, aunque al principio llegué a correr 10 kilómetros en un pasillo de 8 metros, pero la motivación se fue rápido. Hace unos meses me propuse volver con ello y ahora ando preparando una media maratón para el año que viene (la Rock’nRoll de Madrid, en abril), por lo que ha vuelto a entrar en uno de mis hábitos casi a diario, que el cuerpo necesita descansar. Me da mucha satisfacción personal superarme con cada reto que me propongo. Muchas veces entreno a las seis de la mañana para empezar la jornada bien fresco pero otras, después de un día con estrés, me voy al gimnasio y me ayuda a desconectar”.

Julia Vallina, Lead de Tech. Del fútbol profesional al padbol, pateando el estrés

“Desde pequeñita me he dedicado a darle patadas al balón. Todos los veranos, todos los recreos de mi vida, los dediqué a eso. He jugado durante 13 años en un equipo femenino, en el Oviedo Moderno. Cinco de esos años en Primera División (desde 2008 a 2013 aproximadamente) y otros tantos en Segunda. Lo abandoné por la falta de ayudas y la incompatibilidad con el trabajo. Después, volví un par de años, esta vez al fútbol sala en Segunda División y lo mismo, lo volví a dejar por el sacrificio de horas y viajes. Durante la etapa en Primera, cada 15 días nos metíamos en un bus el viernes a las 12 de la noche, nos pasábamos la noche viajando para llegar a nuestro destino: Huelva, Barcelona, Valencia, Madrid. Muy sacrificado todo. He seguido reduciendo las dimensiones de la pista y ahora me dedico al padbol, un deporte fusión de fútbol, pádel, algo de volley y tenis. Para mí es un momento de desconexión y librarme del estrés”.

Julio García, Business developer. Buceo, felicidad bajo el mar

“Lo mío son las actividades acuáticas. Mi relación con el agua viene desde niño, mis veranos eran horas y horas en la playa, mirando y siguiendo peces. Alguna vez me perdí en la playa llena de gente porque yo solo seguía peces. El mar es mi medio. He hecho buceo, apnea, snorkel… pero principalmente lo que me gusta es estar en el agua. Concretamente bajo el agua, porque los deportes sobre el agua me sientan fatal, me mareo mucho. No le puedo dedicar tanto tiempo como me gustaría, además ahora con un bebé en casa hay otras prioridades, pero en mis vacaciones siempre lo hago. Cuando estoy buceando desconecto totalmente, incluso antes de entrar al agua, cuando cojo el coche ya entro en modo buceo Esa sensación de flotabilidad me relaja muchísimo. Solo pienso en mi respiración, en controlar los tiempos, en lo que me rodea en ese mundo. Ojalá pueda pasar a ser más que un hobby. Pienso que algún día viviré en un sitio donde pueda ganarme la vida con el buceo todo el año”.

Laurent Dietrich, CTO y cofundandor. La bici, una ambición sostenible

“Fui muy ‘friki’ de la bici cuando era pequeño. Desde los 14 a los 18 años me pasaba toda la tarde encima de una bici p’arriba y p’abajo. Cuando empecé, no estaba nada en forma y me costaba mucho, pero al pasar el tiempo fui cogiendo cada vez más fondo y creo que esa mejora continua me enganchaba, sumado a que iba perdiendo los kilos de más que tenía. Me encantaba derrapar, subir cuestas imposibles... Pensaba en andar o en correr y me aburría. Pero encima de una bici era –y soy– feliz. Siempre he sido de carretera pero ahora en Lanzarote tiro más de montaña, la carretera te la acabas enseguida. Me permite desconectar del día a día, hacer un poco de ejercicio, que nunca está de más, y plantearme retos. Me apunto a carreras un poco locas, la próxima será en Fuerteventura en octubre y es loca por la nula preparación que llevo desde que he sido padre. Pero me gusta ir preparándome para llegar y superar ese reto. No con pretensiones de hacer el mejor tiempo del mundo pero un poco de pique sano siempre hay. Lo que en Soluble llamamos ambición sostenible”.

Ada Fàbregas, equipo de Diseño. Teatro y musicales, libertad de expresión

“Mi hobby me viene heredado, mis abuelos, tíos y primos también lo hacen, y además en el mi pueblo, Centelles, hay mucha cultura de teatro. Subir sobre el escenario es como una puerta a la libertad de expresión sin juicio, porque al final quien se está subiendo allí no eres tú, sino un personaje. Es como una montaña rusa. Además, de vez en cuando hacemos obras musicales, que requieren más ensayos, son mucho más espectaculares y tenemos que combinar ensayos de texto, baile y canto. Esta afición tiene cierta relación con mi trabajo porque, al final, me mueve todo lo que es el arte, en todas sus formas”.

Andrea Martínez, equipo de Activación. Puzzles y jardinería, en la calma del hogar

“Hago puzzles. Todos los que caigan en mis manos, aunque de más de 2.000 piezas es difícil porque no me caben en la mesa. Para mí hacer un puzzle es como meditar: dirige mi atención al momento presente y, si me sumerjo de verdad, entro en un estado de claridad y calma. Además, después de todo un día frente al ordenador o el móvil, cualquier actividad que requiera atención y tacto ayuda a calmar un cerebro sobreestimulado. Lo de los puzzles es algo relativamente nuevo para mí: los hacía de pequeña, pero de adulta los recuperé durante la pandemia, porque necesitaba algo que poder hacer en casa, que no ocupara mucho espacio y que me ayudara a calmar la ansiedad. Mi otro gran hobby, además de leer, es la jardinería, pero a escala mini. Vivo en un piso pequeño con muy buena luz pero sin balcón ni terraza. Me encantaría tener un jardín o un huerto y dar rienda suelta a la jardinera que llevo dentro, pero me conformo con mis plantas de interior. Tocar la tierra y mancharse es divertido, y por algún motivo dejamos de hacerlo cuando crecemos. A mí me gusta ponerme perdida de tierra siempre que puedo. Mis tres hobbies son actividades de calma y de paz que puedo hacer en casa, donde más me gusta estar”.

Anna Bohigas, equipo de Diseño. Costura o escalada, manos a la obra

“Mi hobby es empezar hobbies, y si son un poco de abuela, mejor. Costura, ganchillo, tapiz, dibujo, tocar la guitarra y el piano, cantar, cocinar... lo que me pida el cuerpo y me sugiera YouTube. Me gusta mucho empezar proyectos y aprender cosas nuevas, salir del ordenador y utilizar mis manos para crear cosas. Que termine alguna ya es otra historia... El último proyecto de costura que tengo entre manos es hacerle un gorrito a mi sobrina para el verano. Y también estoy disfrutando mucho últimamente con la escalada… y la petanca”.

Javier López, equipo Tech. Rutas a pie para despejar la mente

“Estoy en un intento de cambiar hábitos, con la idea de desconectar de tanta pantalla y tener la cabeza más despejada. He hecho ya alguna ruta a pie, por la zona de Duruelo, Segovia, de unos 8 kilómetros. Es genial cuando lo compartes con amigos. Me influenciaron y ahora que lo he probado, me encantaría irme de ruta cada finde. Lo que me engancha es el ambiente distinto y la satisfacción de completarla, además de los paisajes que encuentras por el camino. Ahora, en cuanto podamos, haremos una nueva ruta, bastante más larga y con mayor elevación”.

Andrea Alonso, equipo Tech. Cantar y tocar la guitarra como refugio

“Una de mis principales aficiones es la música, y dedicar tiempo a cantar y tocar la guitarra se ha convertido en un refugio ante tempestades de pensamientos nocivos. Es uno de los mejores remedios que he encontrado para cambiar el foco de atención y distanciarme de los problemas (no olvidarlos, si no verlos desde otra perspectiva). Supongo que lo que me llevó a empezar fue el deseo de poder interpretar las canciones de mis artistas favoritos. Toco bastante folk pop y he compuesto alguna canción. Pero lo que verdaderamente me enganchó fue el proceso de aprendizaje, lento y frustrante, pero precisamente por eso uno en el que el pequeño logro se hace muy evidente y supone una gran satisfacción. Encuentro, en este sentido, cierta similitud con el mundo de la programación, donde un mínimo avance puede ir acompañado de esa maravillosa sensación de ser capaz de resolverlo todo”.

Emil Iosipescu, Lead de Diseño. Remo, en conexión con el mar

“Desde hace un año y medio practico remo. Siempre he tenido el deseo de hacer un deporte acuático pero hasta ahora no había tenido la oportunidad. Lo que más disfruto de esta actividad es la conexión que se tiene con el mar, además de su alto grado de técnica, lo cual requiere una alta concentración mientras la practicas. En particular, me encanta cuando la pala entra en el agua y produce un sonido de ‘clap’ repetidamente, convirtiéndose en un momento muy terapéutico”.

Almudena Mestre, People Operations Manager. Teatro, fuente de bienestar

“Me encanta el teatro, tanto como espectadora como practicarlo. Todo lo que implica activar y tomar consciencia del cuerpo para expresar fue durante un tiempo profesión, pero será para siempre pasión en mi vida y una fuente de bienestar. Necesito caminar por el campo y la montaña, para mí es meditación en movimiento y me regenera por completo. Me gusta leer ficción, aunque cada vez lo hago menos, o peor, entre la maternidad y el déficit de atención derivado de la infoxicación total en la que vivimos. Hace poco me leí el libro de Alana S. Portero ‘La mala costumbre’ y volví a disfrutar de la sensación de entrar en un libro y olvidarte de todo lo demás”.

Carmen Fraga, equipo Activación. Pasear también es un hobby

“Siempre digo que no tengo hobbies, me gusta lo típico. Sin embargo, una amiga me ha hecho ver que si paseo todos los días a mi bebé y, además, lo disfruto y me resulta terapéutico, pues es mi hobby. Puede parecer aburrido –aunque cada paseo es único– pero precisamente esa es la clave para conseguir desconectar de todo escuchando un pódcast de crímenes, por ejemplo. O lo contrario, conectar con lo que me rodea durante el paseo: el sol, la lluvia, un perrito simpático, gente con prisa que me adelanta, paseantes con ropa de ‘ir a andar’… Y de fondo y como banda sonora, el mar. No falla: termino cada paseo sintiéndome muy afortunada”.

Gracias por compartir vuestras pasiones, Solubles. Sois pura inspiración para seguir conquistando libertades, hobby a hobby.

En Soluble nada ocurre por una única persona
Carmen Fraga

Carmen Fraga

Redacción y traducción
Marta Factor

Marta Factor

Edición
Celia Santos

Celia Santos

Edición de vídeo
Daniel Senior

Daniel Senior

Diseño visual
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