Sobre contar historias
Hace un par de semanas publicamos el proyecto de marca que estamos haciendo con Nae, un equipo de 600 personas que trabaja para la transformación de grandes compañías e instituciones.
Meses antes, tuvimos la suerte de poder presentar nuestro trabajo en el evento corporativo anual de la compañía en Madrid. Asistieron cerca de 300 personas y fue toda una experiencia.
Tras una charla impecable de uno de los fundadores de Nae, nos tocaba a nosotros revelar la nueva identidad de marca de la empresa. Todos los miembros del equipo habían tenido la oportunidad de participar en el proyecto de diferentes formas y era momento de descubrir a dónde habíamos sido capaces de llevar sus aportes.
Antes, el elemento más destacable de la identidad visual de Nae era un guión bajo que tenía el logotipo tras el nombre de la compañía. Este guión bajo hablaba de tecnología, de código, de algo quizás demasiado frío para el carácter de Nae y, en definitiva, carente de una historia potente detrás.
Gran parte del proyecto giró alrededor de la transformación de ese guión en una coma. La coma como símbolo más humano, elemento que invita a continuar y requiere de la intervención de dos partes para que cobre sentido.
Todo el evento se centró en esa coma. En dotarla de significado, en buscar formas que facilitaran la apropiación y que todo el mundo la sintiera suya. Y una de las anécdotas más potentes de ese día del evento fue consecuencia de todo esto. La vivimos cuando estábamos a punto de irnos.
Estábamos terminando de cargar la furgoneta cuando nos fijamos que en la puerta, en el cartel con el logo antiguo de Nae que indicaba el camino hasta el evento, habían dibujado con boli, a mano una coma gigante encima del viejo guión bajo. Igual fue una broma sin más, pero nos lo tomamos como un reflejo de haber conseguido que sintieran esa coma suya.
Y es que las historias tienen el poder de transformarnos y de hacernos crecer. Cuando trabajamos marcas, construimos historias basadas en la autenticidad y en la realidad de cada compañía, como forma más rápida y sólida de construir vínculos emocionales con las audiencias.
La narrativa tiene el poder de moldear a quien lee y tiene la capacidad de empatizar con la historia. En branding, además es una herramienta fundamental para ser coherentes sin caer en la monotonía.
¿Qué marca te ha contado recientemente una historia con la que has conectado?
Ismael Barros |