Afortunadamente la ética en este sector es un tema que está presente en cada vez más debates. Sin duda, el ser conscientes del impacto que tiene nuestro trabajo en la vida de las personas es el primer paso para contribuir positivamente a nuestro entorno y a la herencia que dejamos a los que vienen.
Pero más allá de reflexiones teóricas, a menudo me pregunto qué consecuencias reales tiene este planteamiento en la toma de decisiones diarias. A qué estamos dispuestos en virtud de la ética o del compromiso con nuestros valores. Cuáles son las acciones concretas, pequeñas, a nuestro alcance, que podemos llevar a cabo para impactar positivamente desde nuestro puesto de trabajo.
Creo que nuestras aspiraciones éticas no tendrían que ser solo a gran escala, con cuestiones de alto calado y baja probabilidad, de puertas para afuera. La ética ha de estar presente en cada pequeña decisión que impacta en quien tienes sentado al lado, en la gente con la que trabajas a diario, en las personas que hacen posible que tu empresa sea la que es.
Os animo a que respondáis: ¿Cuál fue la última decisión que tomasteis con este criterio?
Ismael Barros
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