Mi Tienda de Arte
Estrategia sostenible y con impacto en el e-commerce
22,3 millones de euros en facturación. 318.000 pedidos para vender 2,63 millones de productos de sus 73.000 referencias en stock. Cerca de un millón de usuarios mensuales en 39 países del mundo.
Estos son los increíbles datos de negocio con los que el e-commerce Mi tienda de arte cerraba el 2022. Datos que ponen los pelos de punta, pero no tanto como conocer lo que hay detrás de este negocio: las personas que han conseguido que una tienda familiar, en el centro histórico de León, diera el salto al digital para crecer y para hacer llegar su propósito a más personas, en más países. Y todo esto, sin perder de vista lo que les había llevado hasta allí: un propósito, decisiones estratégicas y trabajo en equipo.
Víctor Juárez nos contó que su abuelo le decía que los éxitos pasados no garantizan éxitos futuros. Por eso, en Mi tienda de arte no han dejado de estar pendientes de los próximos pasos a dar para seguir creciendo de forma honesta y sostenible.
En esta búsqueda, hace casi dos años, durante el verano del 2021, uno de los caminos que eligieron fue trabajar de forma estratégica el branding de la marca. ¿Crecimiento? ¿Autenticidad? ¿Sostenibilidad? El ‘match’ de Mi tienda de arte y Soluble fue instantáneo, así que nos pusimos a trabajar en convertir su marca en un activo con impacto en el crecimiento del negocio.
Después de muchas semanas, muchos meses y mucho trabajo, por fin ve la luz la primera parte de este proyecto con el rebranding de Mi tienda de arte que se ha unido a su versión internacional, siendo en todos los mercados Craftelier, y el rediseño de su e-commerce. Es el momento de contar cómo ha sido todo ‘behind the scenes’. Y esto no es más que el principio.
Una marca: dos nombres y dos e-commerce
Desde el instante en que nos pusimos en posición de salida, tuvimos claros cuáles eran nuestros objetivos. Trabajar la marca para facilitar el crecimiento del negocio, ayudarles a conectar con más personas y, de paso, facilitar el trabajo del equipo, especialmente en la internacionalización.
El punto de partida contaba con algunas complejidades. Por una parte, el origen digital de esta marca era mitiendadearte.com En aquel momento inicial, el objetivo era ser la plataforma en la que encontrar todo tipo de materiales para amantes de las manualidades y las bellas artes.
Otro de los elementos que habían hecho compleja la situación de aquel momento de Mi tienda de arte era la internacionalización a través de Craftelier, una marca con un nombre más adaptable a los nuevos mercados en los que se introducían. Su web craftelier.com mantenía todos los códigos de la versión en español, tan solo cambiando el idioma a inglés, aunque también estaba disponible en francés, alemán, italiano, portugués, neerlandés y polaco.
Una misma marca que tenía dos nombres y dos plataformas e-commerce diferentes. ¿Qué más nos íbamos a encontrar? Saberlo requería una profunda inmersión: entrevistas, encuestas, talleres con el equipo y estudios de mercado. Estos ejercicios de escucha nos permitieron hacer el primer análisis estratégico e identificar qué elementos facilitaban y cuáles podían entorpecer el crecimiento que buscábamos.
El propósito que nos mueve
Después de conocer al equipo fundador y al actual, poder hablar con clientes y también entender el entorno en el que Mi tienda de arte se encontraba, entendimos que lo que realmente movía a la marca era un propósito que estaba presente desde el primer día que abrieron la tienda en el centro de León: eliminar las barreras que separan a las personas de su creatividad, dándoles libertad para crear desde la autenticidad y sin miedo a la imperfección.
Esto sería el centro de su estrategia, que se acompañó del resto de elementos necesarios para completar su rebranding con posicionamiento, personalidad, pilares, concepto…
Pero, además de la plataforma estratégica, durante esta primera fase del trabajo extrajimos varios aprendizajes que serían fundamentales para dar los siguientes pasos. Por ejemplo, que los públicos a los que nos dirigíamos se diferenciaban más por sus intereses e inquietudes que por el lugar desde el que compraban o el idioma en el que hablaban. También el valor de su amplísimo catálogo, tanto en referencias como variedad dentro de cada tipología. Y fue igualmente revelador entender que, de forma orgánica, la marca se había consolidado con una personalidad y posicionamiento cercano a un público muy concreto dentro de todo el espectro de seguidores de las artes y las manualidades. Sin embargo, este foco en el scrapbooking y su universo no reflejaba la totalidad de la marca.
Pasos valientes para una marca sostenible
Por tanto, tan importante como terminar de establecer las herramientas estratégicas que debían guiarnos en el trabajo de rebranding y reformulación de la marca, era decidir qué papel tenía la arquitectura de marcas para garantizar ese crecimiento que buscamos.
Así llegamos a la primera conclusión: Mi tienda de arte y Craftelier eran una única marca nicho para un público muy concreto y que, a excepción del nombre, compartían todo lo demás.
La otra gran conclusión fue que era necesaria una marca que permitiese abordar la ambición y el propósito real del equipo. Era necesaria una marca paraguas que recogiese la esencia que les ha hecho ser uno de los proyectos digitales más inspiradores del país. Era necesaria la marca que se convertiría en un espacio desde el que dar respuesta a los diferentes nichos.
Estas conclusiones suponían dar pasos valientes.
El primero, abordar el rebranding de Mi tienda de arte y Craftelier como una única marca nicho.
El segundo, generar una nueva marca que diese respuesta a las necesidades de otro nicho de creadores.
Y el tercero, acompañar al equipo de Mi tienda de arte en esa evolución hacia la marca paraguas que albergue esas marcas nicho, un ecosistema de crecimiento y, sobre todo, de libertad para crear.