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Tras once años en la plataforma analítica, Castillo y su equipo habían identificado otros problemas que tienen los clientes en la gestión de sus datos. Su visión única les ha puesto sobre la pista: el volumen de datos adquirido nos sitúa ante un nuevo paradigma. Un dato de la ONU que lo muestra: el 90% de los datos que existen en el mundo se han generado en los últimos 2 años y la predicción es que sigan creciendo un 40% cada 12 meses. Esto hace que las organizaciones tengan que abordar una complejidad imprevista: es económicamente insostenible almacenar y analizar todos los datos que generan; antes deben ser capaces de identificar y filtrar aquellos que tienen un verdadero valor.

Signalit tenía la visión, la reputación y el liderazgo para abordar el reto y para crear un producto que ofreciese respuestas específicas a las necesidades globales del mundo de los datos. Y confiaron en nosotros para trabajar la marca que les impulsaría a cumplir sus objetivos lanzándose al mercado directamente como el agente consolidado que ya son.

Para resolver desde su visión única los diferentes casos de uso a los que las organizaciones podían enfrentarse, la solución técnica no iba a ser sencilla. El reto requería muchas y diversas capacidades dentro del propio producto. A nivel de marca iba a ser fundamental no solo entenderlos, sino también ser capaces de estructurarlos y ordenarlos. La fase de inmersión fue una labor intensa para entender en profundidad esta realidad compleja y salir de ella con una propuesta de valor ordenada y accionable.

Así descubrimos que Signalit era un desarrollado deep-tech que permitía un control factible de los datos a través de una experiencia diseñada para ser usable, útil y memorable para el usuario. Esto lo convertía en el producto agnóstico, seguro e inmediato para el control, la optimización y la hiperrentabilidad en la gestión de los datos. Y aquí la marca debía ser capaz de transmitir esa seguridad, esa ambición y, sobre todo, la visión y el liderazgo único del equipo detrás de la solución.

Basándonos en el enfoque Soluble queríamos ofrecer unas herramientas estratégicas que fuesen activos de la marca desde el minuto cero. Para ello debíamos convertir las fortalezas descubiertas en la inmersión en conceptos teóricos eminentemente prácticos. Comenzamos con el propósito que movía al equipo: ser capaces de cambiar la situación de vivir en una ilusión sobre el control de los datos, para otorgar una nueva capacidad real, la de controlar de forma consistente y segura la gestión de la información que generamos hoy y la que generaremos en el futuro.